Cómo un ala negra, tendí mis cabellos,
sobre tus rodillas
Cerrado los ojos su olor aspiraste
Diciéndome luego
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgo?
¿Con ramas de sauce te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol?¿Las tienes tan negras
Por que acaso en ella exprimiste un zumo
Retinto y expreso de moras silvestres?
¡Que fresca y extraña fragancia te envuelve!
Huele a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas? y riendo te dije:
-¡Ninguno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Ese olor que sientes es de carne firme,
De mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
Las mismas fragancias de la primavera!
Juana de Ibarbourou
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